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Consecuencias de la agresividad infantil

El tener un comportamiento agresivo hace con que el niño tenga complicaciones y dificultades en las relaciones sociales. Impide a una correcta integración en cualquier ambiente.

Es normal que un bebé se comporte llorando o pataleando, pero eso no debe ser considerado aceptable en las etapas posteriores. Hay que corregirlo. Y lo primero, es encontrar la causa.

Normalmente, cuando un niño sostiene una conducta agresiva es porque reacciona ante un conflicto. Por ejemplo, problemas de relación social con otros niños o con los mayores por no conseguir satisfacer sus propios deseos; problemas con los mayores por no querer seguir las órdenes que éstos le imponen; y problemas con adultos cuándo les castigan por no haberse comportado bien, o con otro niño cuando éste le ataca. Con estos conflictos, los niños se sienten frustrados y construyen una emoción negativa a la cual reaccionará de una forma agresiva o no, dependiendo de sus experiencias y modelos.

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